»¡Denle alas a Moab, y que se vaya volando! Porque sus ciudades quedarán desiertas y totalmente deshabitadas.
¡Malditos sean los que no cumplan con lo que el Señor les ha ordenado hacer! ¡Malditos sean los que no empapen con sangre su espada!
»Moab ha estado en reposo desde su juventud. En reposo, como el vino sobre su sedimento. Nunca ha sido trasvasado de una vasija a otra, ni jamás ha estado en cautiverio. Por eso ha retenido su sabor, y no ha variado su aroma.
»¡Que se oigan los lamentos! ¡Moab ha sido destrozado! ¡Moab volvió la espalda y fue avergonzado! ¡Moab es ahora objeto de horror y de escarnio para todos los que lo rodean!
»Asà ha dicho el Señor: “Viene una nación contra Moab, como un águila que vuela con sus alas extendidas.
Sus ciudades y fortalezas serán conquistadas. Cuando llegue ese dÃa, el corazón de los valientes de Moab parecerá el corazón de una mujer parturienta.â€
Y Moab será destruido y dejará de existir como pueblo, por haberse creÃdo superior al Señor.
¡Miedo y hoyos y trampas les esperan a los habitantes de Moab!—Palabra del Señor.
»Los que huyan, buscarán exhaustos protegerse en Jesbón, la otrora ciudad de Sijón; pero de allà saldrán llamas de fuego, y quemarán todo lo que aún quede de Moab, esa nación de gente revoltosa.
¡Ay de ti, Moab! ¡Tu fin llegó, pueblo de Quemos! Tus hombres y tus mujeres son hechos prisioneros y llevados al cautiverio.