Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
SefatÃas hijo de Matán, GedalÃas hijo de Pasjur, Jucal hijo de SelemÃas, y Pasjur hijo de MalquÃas, se enteraron de los mensajes que JeremÃas daba a todo el pueblo, y de que les decÃa:
«Asà ha dicho el Señor: “El que se quede en esta ciudad morirá a filo de espada, o de hambre, o de peste. Pero el que se pase al bando de los caldeos, vivirá. Su vida será su botÃn de guerra, y quedará con vida.â€
Por eso los prÃncipes le dijeron al rey:«¡Este hombre merece la muerte! Con sus palabras desanima a los soldados que aún quedan en la ciudad, lo mismo que a todo el pueblo. ¡Este hombre no busca la paz del pueblo, sino su mal!»
El rey SedequÃas les respondió:«Ahà lo tienen, en sus manos. Aunque soy el rey, nada puedo hacer contra ustedes.»
Entonces ellos le echaron mano a JeremÃas y lo arrojaron en la cisterna de MalquÃas hijo de Hamelec, la cual estaba en el patio de la cárcel. Lo bajaron con sogas, y como en la cisterna no habÃa agua, sino cieno, JeremÃas quedó hundido en el cieno.
«Mi señor y rey, todo lo que estos hombres han hecho con el profeta JeremÃas está muy mal. Lo han echado en la cisterna, y allà se morirá de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad.»
Pero si no te entregas a los prÃncipes del rey de Babilonia, esta ciudad caerá en manos de los caldeos, y ellos le prenderán fuego, y tú no podrás escapar de sus manos.â€Â»
El rey SedequÃas le contestó:«JeremÃas, tengo miedo de los judÃos que se han pasado al bando de los caldeos. Tal vez me entreguen en sus manos y me pongan en ridÃculo.»
Pero JeremÃas le dijo:«No te entregarán. Si atiendes a la voz del Señor, y a lo que yo te digo, te irá bien y vivirás.
Pero si te niegas a entregarte, esto es lo que el Señor me ha revelado:
Todas las mujeres que han quedado en el palacio real de Judá serán entregadas a los prÃncipes del rey de Babilonia, y ellas mismas dirán: “Tus amigos te engañaron, y te han vencido. Hundieron tus pies en el cieno, y luego te abandonaron.â€
Entonces todas tus mujeres y tus hijos serán entregados a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que el rey de Babilonia mismo te hará prisionero, y a esta ciudad le prenderán fuego.»
SedequÃas le dijo a JeremÃas:«Si no quieres morir, nadie debe enterarse de esto.