JeremÃas llamó entonces a Baruc hijo de NerÃas, y Baruc escribió en un rollo de cuero todo lo que JeremÃas le dictó, y que eran las palabras que el Señor le habÃa comunicado.
Tal vez la oración de ellos llegue a la presencia del Señor, y cada uno de ellos se aparte de su mal camino. Porque son demasiado grandes el furor y la ira que el Señor ha manifestado contra este pueblo.»
Baruc hijo de NerÃas cumplió con todo lo que el profeta JeremÃas le mandó hacer, y en el templo leyó del rollo de cuero las palabras del Señor.
Baruc leyó entonces en la casa del Señor las palabras de JeremÃas que estaban en el rollo de cuero. Lo hizo en presencia del pueblo, desde el aposento del escriba GemarÃas hijo de Safán, que estaba en el atrio superior, a la entrada de la puerta nueva de la casa del Señor.
Cuando MicaÃas hijo de GemarÃas, hijo de Safán, oyó la lectura de todas las palabras del Señor,
se dirigió al palacio del rey y entró en el aposento del secretario. Allà estaban sentados todos los prÃncipes, es decir: el secretario Elisama, DelaÃa hijo de SemaÃas, Elnatán hijo de Acbor, GemarÃas hijo de Safán, SedequÃas hijo de JananÃas, y todos los prÃncipes.
Allà MicaÃas les contó todo lo que habÃa oÃdo cuando Baruc dio lectura al rollo de cuero en presencia del pueblo.
Entonces todos los prÃncipes enviaron a Yehudà hijo de NetanÃas, hijo de SelemÃas, hijo de Cusi, para que le dijera a Baruc que tomara el rollo que habÃa leÃdo ante el pueblo y se presentara ante ellos. Entonces Baruc hijo de NerÃas tomó el rollo de cuero y fue a verlos.
En cuanto los prÃncipes oyeron todo aquello, cada uno miró espantado a su compañero, y le dijeron a Baruc:«Tenemos que informar al rey de todo esto.»
Y Baruc les contestó:«JeremÃas me dictaba todas estas palabras, y yo las iba escribiendo en el rollo.»
Entonces los prÃncipes le aconsejaron a Baruc:«Pues corran a esconderse, tú y JeremÃas, y que nadie sepa dónde se encuentran.»
Luego de depositar el rollo en el aposento del secretario Elisama, los prÃncipes se dirigieron al atrio, donde estaba el rey, y allà le informaron al rey acerca de todas estas palabras.
Yehudà habrÃa leÃdo tres o cuatro columnas del texto, cuando el rey rasgó el rollo con un cortaplumas de escriba, y lo arrojó al fuego que habÃa en el brasero, hasta que todo el rollo se consumió.
Cuando el rey y sus siervos oyeron todas estas palabras, no mostraron ningún temor ni se rasgaron los vestidos.
Elnatán, DelaÃa y GemarÃas le rogaron al rey que no quemara el rollo, pero el rey no les hizo caso;
al contrario, mandó a Yeramel hijo de Hamelec, a SeraÃas hijo de Azriel y a SelemÃas hijo de Abdel, para que aprehendieran al escriba Baruc y al profeta JeremÃas, pero el Señor los escondió.
Y dile de mi parte: “Tú, JoacÃn rey de Judá, quemaste este rollo, y objetaste el hecho de que allà estuviera escrito que el rey de Babilonia vendrá y destruirá esta tierra, hasta que no queden en ella ni hombres ni animales.
Por lo tanto, yo, el Señor, te digo a ti, JoacÃn rey de Judá: Ningún descendiente tuyo te sucederá en el trono de David. Además, tu cadáver quedará expuesto al calor del dÃa y al frÃo de la noche.