Los mensajeros fueron Elasa hijo de Safán y GemarÃas hijo de HilcÃas, a quienes SedequÃas rey de Judá envió a Nabucodonosor rey de Babilonia. A la letra decÃa:
“Construyan casas, y habÃtenlas; planten huertos y coman de sus frutos.
Cásense, y tengan hijos e hijas; den mujeres a sus hijos, y maridos a sus hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplÃquense allá. ¡No se reduzcan en número!
Según ustedes, el Señor ya les ha levantado profetas en Babilonia.
Pero asà ha dicho el Señor acerca del rey que ha sucedido a David en el trono, y acerca de todo el pueblo que vive en esta ciudad, y de sus compatriotas que no fueron llevados con ustedes en cautiverio:
Todos los que fueron llevados de Judá a Babilonia los convertirán en objeto de maldición, y dirán: “Que el Señor haga contigo lo mismo que hizo con SedequÃas y Ajab, a quienes el rey de Babilonia condenó a la hoguera.â€
el Señor te ha designado como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que en la casa del Señor te encargues de todo loco que profetice, y lo pongas en el calabozo y en el cepo.
Porque JeremÃas mandó a decirnos en Babilonia que nuestro cautiverio será largo, y que debemos construir casas, y habitarlas; y plantar huertos y comer de sus frutos.’â€Â»
El sacerdote SofonÃas leyó esta carta en voz alta al profeta JeremÃas.
Entonces la palabra del Señor vino a JeremÃas, y le dijo:
«EnvÃa este mensaje a todos los cautivos: “Asà ha dicho el Señor acerca de SemaÃas de Nejelán: Puesto que SemaÃas les profetizó sin que yo lo hubiera enviado, con lo que hizo que ustedes confiaran en una mentira,