Y el Señor extendió su mano, me tocó la boca y me dijo:«Yo, el Señor, he puesto mis palabras en tu boca.
Date cuenta de que este dÃa te he puesto sobre naciones y reinos, para que arranques y destruyas, para que arruines y derribes, para que construyas y plantes.»
Date cuenta de que hoy te he puesto contra toda esta tierra como una ciudad fortificada; te he puesto como columna de hierro contra los reyes de Judá; como un muro de bronce, contra sus prÃncipes y sacerdotes y contra el pueblo de la tierra.