Entonces las naciones verán tu justicia; todos los reyes contemplarán tu gloria. Entonces recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te pondrá.
En la mano del Señor serás una hermosa corona; en la mano de tu Dios serás una regia diadema.
Nunca más volverán a llamarte «Desamparada», ni a tu tierra le dirán «Desolada». Más bien, serás llamada «Deleite mÃo», y tu tierra será llamada «Esposa mÃa», porque el amor del Señor estará en ti, y tu tierra volverá a tener esposo.
Porque tus hijos se desposarán contigo, de la manera que un joven se desposa con una doncella; ¡tu Dios se recreará contigo como se recrea el esposo con la esposa!
Quienes cosechen el trigo serán quienes lo coman, y alabarán al Señor. Quienes vendimien los viñedos, beberán el vino en los atrios de mi santuario.
¡Pasen por las puertas de la ciudad!, ¡pasen por ellas! ¡Ãbranle paso al pueblo! ¡Allanen el camino y quÃtenle las piedras! ¡Levanten la bandera sobre los pueblos!
¡Oigan lo que el Señor ha dado a conocer hasta los extremos de la tierra! Digan a la hija de Sión: «¡Aquà viene tu salvador! ¡Su recompensa lo acompaña! ¡Sus obras le anteceden!»
Ellos serán llamados «Pueblo Santo», «Redimidos del Señor», y a ti te llamarán «Ciudad Deseada», y «No desamparada».