El Señor ha dicho:«Practiquen la justicia y ejecuten el derecho. Ya se acerca mi salvación; mi justicia pronto va a manifestarse.
¡Dichosos los que observan fielmente el dÃa de reposo y se mantienen firmes en su práctica de no profanarlo! ¡Dichosos los que refrenan su mano para no cometer ninguna maldad!
»Que no diga el extranjero que me sigue: “El Señor me apartará totalmente de su puebloâ€; ni diga tampoco el eunuco: “¡Miren! ¡Sólo soy un árbol seco!â€
Porque yo, el Señor, digo a los eunucos que observen mis dÃas de reposo, y opten por hacer lo que yo quiero, y se aferren a mi pacto.
A los hijos de los extranjeros que me sigan y me sirvan, y que amen mi nombre y sean mis siervos; y a todos los que observen el dÃa de reposo y no lo profanen, y se aferren a mi pacto,
»Ustedes, bestias del campo, y ustedes fieras del bosque, ¡vengan y devoren!
Todos los que vigilan a mi pueblo son ciegos e ignorantes; todos ellos son como perros mudos, que ni ladrar pueden: siempre somnolientos y echados, ¡les encanta dormir!
Son como perros: ¡comilones e insaciables! Y quienes los guÃan no saben entender; todos ellos van por su propio camino, cada uno va por su lado, buscando su propio provecho.
Los invitan a tomar vino y a emborracharse con sidra, mientras les aseguran que el dÃa de mañana será mejor que el presente.