Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. Y ellos convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. Ninguna nación levantará la espada contra otra nación, ni se entrenarán más para hacer la guerra.»
Vengan ustedes, los de la casa de Jacob; caminemos a la luz del Señor.
Ciertamente tú has abandonado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque se ha llenado de costumbres de oriente; sus adivinos abundan como filisteos, y hacen tratos con gente extraña.
Su paÃs está lleno de plata y de oro, y sus tesoros son ilimitados. Su paÃs está lleno de caballos, y sus carros son incontables.
Su paÃs está lleno de Ãdolos; ¡se arrodillan ante la obra de sus manos, ante lo que hicieron con sus dedos!
Todos se han inclinado; todos se han humillado. Por eso, ¡no los perdones!
contra todos los altos y erguidos cedros del LÃbano; contra todas las encinas de Basán;
contra todos los altos montes; contra todas las elevadas alturas;
contra toda torre alta; contra todo muro fuerte;
contra todas las naves de Tarsis; contra todos los barcos preciados.
La altivez humana será abatida; la soberbia humana será humillada; en aquel dÃa sólo el Señor será exaltado.
Los Ãdolos serán totalmente eliminados.
Cuando el Señor se disponga a castigar la tierra, la gente se meterá en las grietas de las peñas y en los hoyos de la tierra, para huir de la temible presencia del Señor y de su esplendorosa majestad.
Cuando el Señor se disponga a castigar la tierra, la gente se meterá en las hendiduras de las rocas y en las grietas de las peñas, para huir de su temible presencia y de su esplendorosa majestad.