Be merciful unto me, O God, be merciful unto me: for my soul trusteth in thee: yea, in the shadow of thy wings will I make my refuge, until these calamities be overpast.
Sin mÃ, se doblarán entre los presos y caerán entre los muertos.»Pero ni asà cesará su furor. Su mano aún seguirá extendida.
«¡Ay, Asiria, vara y báculo de mi furor! En su mano he puesto mi ira.
Voy a mandarla contra una nación impÃa; voy a enviarla contra el pueblo que ha provocado mi ira, para que le arrebate sus riquezas y lo despoje de todo, y lo deje por los suelos para que lo pisoteen como al lodo.
»Ese pueblo no lo piensa asÃ, ni en su corazón se imagina esto; más bien, piensa en desarraigar y destruir no pocas naciones.
Pues dice: “¿Acaso no son reyes todos mis prÃncipes?
¿Acaso no son Calno como Carquemis, Jamat como Arfad, y Samaria como Damasco?â€
¿Puede el hacha sentirse mayor que quien corta con ella? ¿Creerá la sierra que es más que el que la mueve? ¿Cómo podrÃa el báculo levantar al que lo lleva? ¿Cómo levantará el bastón a quien no es madera?
En su bosque quedarán tan pocos árboles que hasta un niño los podrá contar.
Cuando llegue ese dÃa, sucederá que los sobrevivientes de Israel y de la casa de Jacob nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán en el Señor, el Santo de Israel.
El remanente volverá; sÃ, el remanente de Jacob se volverá al Dios fuerte.