Be merciful unto me, O God, be merciful unto me: for my soul trusteth in thee: yea, in the shadow of thy wings will I make my refuge, until these calamities be overpast.
Hazlo antes de que tiemblen los guardianes de la casa, y se encorven los guerreros, y disminuya el número de las molineras, y queden a oscuras los que miran por las ventanas.
Hazlo antes de que se cierren las puertas que dan a la calle, y el ruido del molino deje de oÃrse.Hazlo antes de que las aves eleven sus trinos y ninguno de sus cantos pueda escucharse.
Luego vendrá el temor por las alturas y se experimentará terror en el camino; entonces el blanco almendro florecerá, la langosta resultará una carga, y hasta el apetito se perderá, porque el hombre va camino a su última morada, y por la calle andarán los que llorarán su muerte.
Hazlo antes de que se reviente la cadena de plata y se rompa la vasija de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y junto al pozo se venza la polea.
Entonces el polvo volverá a la tierra, de donde fue tomado, y el espÃritu volverá a Dios, que lo dio.
¡Vanidad de vanidades! ¡Todo es vanidad!—Palabras del Predicador.
Mientras más sabio llegó a ser el Predicador, más conocimientos impartió a la gente. Ponderó, escudriñó y compuso muchos proverbios.
Además, el Predicador se esforzó por hallar palabras agradables y por escribir con precisión palabras verdaderas.
Las palabras de los sabios son como aguijones, y el conjunto de las palabras de los maestros, impartidas por un solo guÃa, son como clavos bien hincados.
Hijo mÃo, además de lo antes dicho, toma en cuenta que nunca se acaba de escribir muchos libros, y que el cuerpo se cansa de tanto estudiar.
Todo este discurso termina en lo siguiente: Teme a Dios, y cumple sus mandamientos. Eso es el todo del hombre.
Por lo demás, Dios habrá de juzgar toda obra, buena o mala, junto con toda acción encubierta.