«Si como respuesta el faraón les pide un milagro, tú le ordenarás a Aarón que tome su vara y la arroje delante del faraón, para que se convierta en culebra.»
y dile: “El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a decirte: ‘Deja ir a mi pueblo al desierto, para que me sirva’, pero hasta ahora no has querido hacer caso.
pero como los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, el corazón del faraón se endureció y, tal y como el Señor lo habÃa dicho, no les hizo caso.
Al contrario, el faraón se volvió a su casa, y tampoco a esto le dio atención.
Mientras tanto, para poder beber, en todo Egipto hicieron pozos alrededor del rÃo, pues no podÃan beber de las aguas del rÃo.