Entonces los siervos del faraón le dijeron:«¿Hasta cuándo este hombre será para nosotros una trampa? ¡Deja que esta gente se vaya y sirva al Señor su Dios! ¿Acaso no sabes todavÃa que Egipto se encuentra en ruinas?»
Pues no será asÃ. Vayan ahora ustedes los varones, y sirvan al Señor, ya que eso es lo que pidieron.»Y los echaron fuera de la presencia del faraón.
De tal manera cubrieron la superficie del paÃs, que se oscureció la tierra. Arrasaron con toda la hierba del campo, y con todos los frutos que el granizo habÃa dejado en los árboles. En toda la tierra de Egipto no quedó nada verde en los árboles ni en la hierba del campo.
Entonces el Señor trajo de occidente un viento muy fuerte, y barrió con las langostas y las arrojó al Mar Rojo. ¡Ni una sola langosta quedó en todo Egipto!