Dentro de sí dicen los necios:«Dios no existe.»Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes.No hay nadie que haga el bien.
Desde el cielo, Dios observa a la humanidadpara ver si hay alguien con sabiduríaque busque a Dios.
Pero todos se han desviado;todos a una se han corrompido.No hay nadie que haga el bien;¡ni siquiera hay uno solo!
¿Acaso no piensan esos malhechores,que devoran a mi pueblo como si fuera pan,y jamás invocan a Dios?
Ellos se estremecerán de miedoallí, donde no hay nada que temer.Dios esparcirá los huesos de los que te asedian;Dios los desechará y los dejará en vergüenza.
¡Que venga de Sión la salvación de Israel!Cuando Dios haga volver a su pueblo cautivo,¡se alegrará Jacob, se regocijará Israel!