Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
En el paÃs de Uz vivÃa un hombre llamado Job. Era un hombre recto, que amaba y honraba a Dios y no hacÃa ningún mal a nadie.
TenÃa siete hijos y tres hijas.
Era el hombre más rico del oriente, pues tenÃa siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchÃsimos criados.
Todos los dÃas sus hijos se turnaban para hacer banquetes en sus casas, e invitaban a sus hermanas para que se les unieran a comer y beber.
Una vez terminados los banquetes, Job los mandaba a purificarse; se levantaba muy temprano y le ofrecÃa un sacrificio al Señor, de acuerdo al número de sus hijos, pues pensaba que tal vez en su interior ellos habrÃan ofendido al Señor. Esto lo hacÃa todos los dÃas.
Un dÃa, mientras los hijos y las hijas de Job comÃan y bebÃan en la casa del hermano mayor,
llegó un mensajero a la casa de Job y le dijo:«Estábamos arando el campo con los bueyes, y las asnas pacÃan cerca,
cuando de pronto llegaron los sabeos y nos atacaron, y mataron a los pastores y se llevaron los animales. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
TodavÃa estaba hablando el mensajero, cuando llegó otro y dijo:«Dios permitió que del cielo cayera un fuego destructor, que fulminó a tus ovejas y a los pastores. ¡Todo lo consumió! Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
Enseguida llegó otro mensajero con otra mala noticia:«Tres escuadrones de caldeos llegaron y atacaron a los criados, y se llevaron los camellos. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia.»
Aún no terminaba de hablar este hombre, cuando llegó otro con esta noticia:«Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa de su hermano mayor,