Eran descendientes de DelaÃa, de TobÃas y de Necoda: seiscientos cuarenta y dos en total.
De los sacerdotes: los hijos de JabaÃas, de Cos y de Barzilay. Éste se casó con una de las hijas de Barzilay el galaadita, y tomó el nombre de la familia de ella.
Éstos buscaron en vano el registro de sus genealogÃas, y como no lo hallaron, fueron excluidos del sacerdocio.
Entonces el gobernador les prohibió comer de las cosas sagradas hasta que hubiera un sacerdote que pudiera consultar con el Urim y el Tumim.
El total de la comunidad era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,
sin tomar en cuenta a los siervos, hombres y mujeres, que sumaban siete mil trescientos treinta y siete, entre los cuales habÃa doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Llevaban setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas;
cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
Algunos jefes de las familias más importantes dieron sus ofrendas para la obra de reconstrucción. El gobernador entregó al tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
Los jefes de familia aportaron al tesoro ciento sesenta kilos de oro y mil doscientos diez kilos de plata.
El resto del pueblo entregó ciento sesenta kilos de oro, mil cien kilos de plata y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.