me mandaron un mensaje que decÃa: “Queremos reunirnos contigo en alguna de las aldeas del campo de Onó.â€Â»En realidad, lo que ellos querÃan era hacerme daño,
»Yo le respondÃ: “Esto que dices no es verdad. Tú mismo lo has inventado.â€
»Y es que nuestros enemigos querÃan amedrentarnos, y desanimarnos para que no termináramos las obras de restauración.»Dios mÃo, ¡fortalece mis manos!
»Pero yo le dije: “Los hombres como yo no corren a esconderse. ¡Y menos en el templo! ¡No por salvar mi vida voy a esconderme!â€
»Y es que me di cuenta de que Dios no lo habÃa enviado, sino que hablaba asà porque TobÃas y Sambalat lo habÃan sobornado
para amedrentarme y hacerme pecar, y para que ellos me difamaran y pudieran hablar mal de mÃ.
»Dios mÃo, ¡toma en cuenta lo que TobÃas y Sambalat están haciendo en mi contra! ¡Y no te olvides de la profetisa NoadÃas, ni de los otros profetas que intentaron amedrentarme!
»A pesar de todo, la muralla quedó terminada el dÃa veinticinco del mes de Elul. Tardamos cincuenta y dos dÃas.
Y cuando nuestros enemigos de los alrededores lo supieron, se llenaron de miedo, y humillados reconocieron que en la obra que habÃamos hecho Dios habÃa estado presente.
»Por aquellos dÃas se habÃa intensificado el envÃo de cartas por parte de los jefes de Judá a TobÃas, y de TobÃas a ellos,