porque esos pueblos no habÃan recibido bien a los israelitas, sino que le pagaron a Balaam para que los maldijera; sin embargo, nuestro Dios cambió la maldición en bendición.
Y cuando el pueblo oyó este trozo de la ley, sacaron de entre ellos a todos los que se habÃan mezclado con extranjeros.
»Antes de esto, cuando el sacerdote Eliasib estaba a cargo de los almacenes del templo de nuestro Dios, habÃa emparentado con TobÃas,
y le habÃa construido una hermosa habitación donde antes se guardaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo de los cereales, del vino y del aceite, que conforme al mandamiento pertenecÃan a los levitas, los cantores y los porteros, y eran la ofrenda para los sacerdotes que servÃan en el templo.
Esto mismo hicieron sus antepasados, y por eso nuestro Dios trajo esta calamidad sobre nosotros y sobre nuestra ciudad. ¿Y todavÃa ustedes añaden ira sobre Israel al profanar el dÃa de reposo?â€