Though I walk in the midst of trouble, thou wilt revive me: thou shalt stretch forth thine hand against the wrath of mine enemies, and thy right hand shall save me.
Mientras Esdras estaba en el templo de Dios, de rodillas y orando, llorando y confesando sus pecados, una gran multitud de israelitas se le unió; eran hombres, mujeres y niños, que lloraban amargamente.
Entonces SecanÃas hijo de Yejiel, que era de la familia de Elam, le dijo a Esdras:«Hemos pecado contra nuestro Dios. Hemos tomado por esposas a mujeres extranjeras, de los pueblos de estas tierras. No obstante, creo que los israelitas aún tenemos esperanza.
Hagamos con nuestro Dios el pacto de despedir a todas esas mujeres que tenemos por esposas, lo mismo que a sus hijos, y cumplamos la ley, en conformidad con el consejo que nos has dado y el de los que temen los mandamientos de nuestro Dios.
Entonces Esdras se levantó y tomó juramento a los jefes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo el pueblo de Israel, para que se comprometieran a cumplir todo lo que habÃan dicho.
Luego, salió del templo y se dirigió a la habitación de Johanán hijo de Eliasib, y una vez allà no comió ni bebió nada, pues estaba muy triste por el pecado de los israelitas que habÃan vuelto del cautiverio.
Los que no llegaran en un plazo de tres dÃas, conforme al pacto aceptado por los jefes y los ancianos, perderÃan sus posesiones y serÃan excluidos de la comunidad de los repatriados.
Entonces el sacerdote Esdras se puso de pie y les dijo:«Ustedes han pecado al tomar por esposas a mujeres de otros pueblos. Con esto han añadido más pecados a los ya cometidos por el pueblo de Israel.
Lo que deben hacer ahora es dar gloria al Señor, Dios de nuestros padres, y comprometerse a cumplir su voluntad, y separarse de los pueblos que habitan estas tierras y de las mujeres extranjeras.»
Todos los convocados respondieron en alta voz:«Haremos todo lo que nos has dicho.
Pero somos muchos, está lloviendo, y no podemos quedarnos en la calle. Además, este asunto no va a resolverse en un dÃa ni dos, pues somos muchos los que hemos incurrido en este pecado.