El dÃa catorce del mes segundo se ofreció el sacrificio de la pascua. Los sacerdotes y los levitas, llenos de vergüenza, se santificaron y llevaron los holocaustos al templo del Señor,
Y es que en la congregación habÃa muchos que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habÃan purificado, para consagrarlos al Señor.
EzequÃas, por su parte, habló con mucho cariño a todos los levitas hábiles en el servicio del Señor, y durante siete dÃas comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne, y ofrecieron sacrificios de paz y dieron gracias al Señor y Dios de sus padres.
Todos los allà reunidos acordaron celebrar la fiesta durante siete dÃas más, y con mucha alegrÃa lo hicieron asÃ.