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Verse of the Day

The Lord is not slack concerning his promise, as some men count slackness; but is longsuffering to us-ward, not willing that any should perish, but that all should come to repentance.

2 Peter: 3:9

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2 CrÃ³nicas : 28

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Ajaz tenÃa veinte aÃ±os cuando comenzÃ³ a reinar, y reinÃ³ en JerusalÃ©n diecisÃ©is aÃ±os; pero, a diferencia de su antepasado David, no hizo lo recto a los ojos del SeÃ±or,

sino que siguiÃ³ el mal ejemplo de los reyes de Israel y, ademÃ¡s, hizo imÃ¡genes fundidas en honor de los baales,

quemÃ³ incienso en el valle de Ben JinÃ³n, y hasta ofreciÃ³ a sus hijos en holocausto, siguiendo las repugnantes prÃ¡cticas de las naciones que el SeÃ±or habÃa arrojado de la presencia de los israelitas.

AsÃ mismo, ofreciÃ³ sacrificios y quemÃ³ incienso en los lugares altos, en las colinas y debajo de todo Ã¡rbol frondoso.

Por eso el SeÃ±or su Dios lo dejÃ³ caer en manos del rey de Siria, y los sirios lo derrotaron y lo llevaron a Damasco, junto con un gran nÃºmero de prisioneros.Ajaz tambiÃ©n cayÃ³ en manos del rey de Israel, el cual lo derrotÃ³ y le causÃ³ gran mortandad.

Por haberse apartado del SeÃ±or, el Dios de sus padres, en un solo dÃa Pecaj hijo de RemalÃas matÃ³ en JudÃ¡ a ciento veinte mil valientes.

De igual manera Zicri, que era un efrainita muy aguerrido, dio muerte a MaseÃas, que era hijo del rey; a AzricÃ¡n, que era su mayordomo; y a Elcana, segundo en poder despuÃ©s del rey.

Los israelitas tambiÃ©n tomaron cautivos a doscientos mil de sus parientes, ademÃ¡s de mujeres, niÃ±os y niÃ±as, y de arrebatarles un gran botÃn de guerra que se llevaron a Samaria.

HabÃa en Samaria un profeta del SeÃ±or. Se llamaba Obed. Y cuando el ejÃ©rcito iba entrando en Samaria, Obed saliÃ³ y se enfrentÃ³ a ellos, y les dijo:Â«Tomen en cuenta que el SeÃ±or, el Dios de sus padres, ha entregado en manos de ustedes a JudÃ¡ porque estÃ¡ enojado contra ellos; Â¡pero ustedes los han matado con una ira que ha llegado hasta el cielo!

Ahora ustedes han decidido esclavizar a los de JudÃ¡ y JerusalÃ©n, pero Â¿acaso ustedes no han pecado contra el SeÃ±or su Dios?

AsÃ que escÃºchenme: dejen libres a sus parientes que han hecho cautivos, porque el SeÃ±or estÃ¡ enojado contra ustedes.Â»

Entonces AzarÃas hijo de JohanÃ¡n, BerequÃas hijo de Mesilemot, EzequÃas hijo de SalÃºn, y Amasa hijo de Jadlay, que eran algunos de los efrainitas mÃ¡s importantes, salieron al encuentro de los que venÃan de la guerra

y les dijeron:Â«No traigan aquÃ a los cautivos, porque pesa sobre nosotros el pecado cometido contra el SeÃ±or. Ya es muy grande nuestro delito, y grande tambiÃ©n la ardiente ira de Dios contra Israel, y ustedes quieren aÃ±adir mÃ¡s a nuestros pecados y nuestras culpas.Â»

Entonces el ejÃ©rcito dejÃ³ libres a los cautivos, y depositÃ³ el botÃn ante los prÃncipes y toda la multitud.

Los hombres ya mencionados se dedicaron a atender a los cautivos, y con los despojos vistieron a los que estaban desnudos, y los calzaron, y les dieron de comer y de beber, los limpiaron con aceite; a los mÃ¡s dÃ©biles los montaron en asnos y los llevaron hasta JericÃ³, la ciudad de las palmeras, para acercarlos a sus parientes, y ellos regresaron a Samaria.

En aquel tiempo el rey Ajaz pidiÃ³ la ayuda de los reyes de Asiria,

TambiÃ©n los filisteos se habÃan extendido por las ciudades de la llanura y del sur de JudÃ¡, y habÃan capturado Bet Semes, AyalÃ³n, Gederot, Soco y sus aldeas, Timna y sus aldeas, y Gimzo y sus aldeas, y se habÃan quedado a vivir en ellas.

Y es que por culpa del rey Ajaz de Israel el SeÃ±or habÃa humillado a JudÃ¡, pues la conducta de Ajaz en JudÃ¡ habÃa sido desenfrenada, y Ajaz habÃa pecado gravemente contra el SeÃ±or.

Y aunque Ajaz saqueÃ³ el templo del SeÃ±or, y el palacio real y las mansiones de los prÃncipes, y todo se lo dio al rey de Asiria, Ã©ste no lo ayudÃ³.

Para colmo, mientras mÃ¡s lo presionÃ³ el rey de Asiria, mayor fue el pecado del rey Ajaz contra el SeÃ±or,

pues Ajaz ofreciÃ³ sacrificios a los dioses de Damasco que lo habÃan derrotado, y dijo:Â«Ya que los dioses de Siria ayudan a sus reyes, yo tambiÃ©n voy a ofrecerles sacrificios para que me ayuden.Â»Pero esos dioses fueron la ruina de Ajaz y la de todo Israel.

AdemÃ¡s de todo esto, Ajaz recogiÃ³ los utensilios del templo de Dios, y los hizo pedazos; luego cerrÃ³ las puertas del templo del SeÃ±or y se hizo altares por todos los rincones de JerusalÃ©n.

TambiÃ©n levantÃ³ lugares altos en todas las ciudades de JudÃ¡, para quemar incienso a dioses extraÃ±os, con lo que provocÃ³ la ira del SeÃ±or, el Dios de sus padres.

Los demÃ¡s hechos de Ajaz, y todos sus actos, primeros y Ãºltimos, se hallan escritos en el libro de los reyes de JudÃ¡ y de Israel.

Finalmente, Ajaz descansÃ³ entre sus antepasados, y fue sepultado en la ciudad de JerusalÃ©n, aunque no lo pusieron en los sepulcros de los reyes de Israel. En su lugar reinÃ³ EzequÃas, su hijo.

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