Pero le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de JananÃ, y le dijo al rey Josafat:«¿Asà que ayudas al impÃo, y amas a los que odian al Señor? Pues por esto, de la presencia del Señor ha salido su ira contra ti.
Sin embargo, se han hallado en ti buenas acciones, pues has quitado del paÃs las imágenes de Asera, y de corazón te has dispuesto a buscar a Dios.»
Asà que tengan cuidado con lo que hacen, y que el temor del Señor sea con ustedes. Con el Señor, nuestro Dios, no hay injusticia, ni acepción de personas, ni hay lugar para el soborno.»
Josafat les dio esta orden:«Ustedes deberán proceder con temor del Señor, y con verdad, y con integridad de corazón.
En cualquier caso que les presenten sus hermanos que habitan en las ciudades, por ejemplo, en casos de un asesinato, o en cuestiones de la ley y sus preceptos, estatutos y decretos, ustedes deberán amonestarlos para que no pequen contra el Señor. Asà no vendrá sobre ustedes y sobre sus hermanos la ira del Señor. Si lo hacen asÃ, no pecarán.
Aquà están el sacerdote AmarÃas, para guiarlos en todo lo relacionado con el Señor, y ZebadÃas hijo de Ismael, jefe del reino de Judá, para guiarlos en todo lo relacionado con el reino. Cuentan además con la ayuda de los levitas. Asà que mucho ánimo y a trabajar, que el Señor está con quien hace lo bueno.»