Eran certeros arqueros, capaces de usar las dos manos para lanzar piedras con honda y disparar flechas.De los hermanos de Saúl de BenjamÃn:
En primer lugar, Ajiezer; y en segundo, Joás. Estos dos eran hijos de Semagá el gabaatita.Jeziel y Pelet, hijos de Azmavet; Beraca, Jehú el anatotita,
IsmaÃas el gabaonita, uno de los treinta valientes, y el más valiente de los treinta; JeremÃas, Jahaziel, Johanán, Jozabad el gederatita;
Eluzai, Jerimot, BealÃas, SemarÃas, SefatÃas el harufita,
Elcana, IsÃas, Azareel, Joezer y Yasobeán, todos ellos coreÃtas,
Todos ellos cruzaron el Jordán en el mes primero, cuando el rÃo se habÃa desbordado por completo, y pusieron en fuga a todos los que vivÃan en los valles al oriente y al poniente.
Éste es el número de los jefes que estaban en pie de guerra y que, conforme a la palabra del Señor, llegaron a Hebrón para entregarle a David el trono de Saúl:
De los hijos de Judá que portaban escudo y lanza, seis mil ochocientos hombres listos para la guerra.
De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres valientes y esforzados para la guerra.
De los hijos de LevÃ, cuatro mil seiscientos hombres.
Joyadá, que era jefe de los aaronitas, y sus tres mil setecientos hombres.
Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós jefes de la familia de su padre.
De los benjaminitas parientes de Saúl, tres mil hombres. Hasta entonces, muchos de ellos se habÃan mantenido fieles a la familia de Saúl.
De los hijos de EfraÃn, veinte mil ochocientos hombres aguerridos, muy valientes y famosos en las familias de sus antepasados.
De Zabulón, cincuenta mil hombres listos para entrar en batalla y que sabÃan manejar toda clase de armas. Siempre estaban dispuestos a pelear sin dar ni pedir cuartel.
De NeftalÃ, mil capitanes, más treinta y siete mil hombres con escudo y lanza.
De los danitas, veintiocho mil seiscientos hombres dispuestos a entrar en combate.
De Aser, cuarenta mil hombres dispuestos y preparados para entrar en combate.
Todos estos guerreros estaban dispuestos a entrar en combate, asà que fueron a Hebrón con el corazón en la mano, para proclamar a David como rey de todo Israel. En realidad todos en Israel compartÃan el mismo deseo de proclamar como rey a David.
Y estuvieron allà tres dÃas comiendo y bebiendo con David, pues sus parientes habÃan preparado todo para ellos.