Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
En cierta ocasión, AmasÃas envió mensajeros para desafiar al rey Joás de Israel, que era hijo de Joacaz y nieto de Jehú. El mensaje decÃa:«Ven, para que nos veamos las caras.»
El rey Joás de Israel respondió al rey AmasÃas de Judá con esta parábola:«Una vez, en las montañas del LÃbano, un cardo envió a decir al cedro: “Dale tu hija a mi hijo, para que sea su mujer.†Pero pasaron las fieras del LÃbano, y pisotearon el cardo.
Los demás hechos de Joás, y sus hazañas, y su lucha contra el rey AmasÃas de Judá, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
Cuando Joás fue a reunirse con sus antepasados, fue sepultado en Samaria, junto con los reyes de Israel. En su lugar reinó su hijo Jeroboán.
AmasÃas hijo de Joás tenÃa quince años de reinar sobre Judá cuando Jeroboán hijo de Joás comenzó a reinar sobre Israel, y reinó cuarenta y un años en Samaria.
Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, y no se apartó de todos los pecados con que Jeroboán hijo de Nabat hizo pecar a Israel.
Y es que el Señor vio que Israel sufrÃa una amarga aflicción, y que no habÃa siervo ni libre, ni nadie que ayudara a Israel.
Además, el Señor no habÃa determinado borrar de este mundo el nombre de Israel; por eso los salvó por medio de Jeroboán hijo de Joás.
Los demás hechos de Jeroboán, y todas sus obras y hazañas, y todas las batallas que libró, y cómo restituyó Damasco y Jamat, que habÃan pertenecido a Judá, al dominio de Israel, todo eso se halla registrado en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
Cuando Jeroboán se reunió con sus antepasados, los reyes de Israel, en su lugar reinó su hijo ZacarÃas.