En esos dÃas hubo una hambruna que duró tres años seguidos. David consultó al Señor por esto, y el Señor le dijo:«De esto tienen la culpa Saúl y su familia de asesinos, pues mataron a los gabaonitas.»
Los gabaonitas no eran israelitas, sino un remanente de los amorreos, pero los israelitas habÃan hecho un pacto con ellos. Sin embargo, en su celo por los israelitas y los de Judá, Saúl habÃa procurado matarlos. Por eso el rey David fue a hablar con ellos,
Entonces ellos dijeron:«De ese hombre que quiso destruir a nuestra familia y que pensaba borrarnos de todo Israel,
queremos que nos des siete de sus hijos. Queremos ahorcarlos delante del Señor en Gabaa de Saúl, el que fue elegido del Señor.»El rey les dijo:«Los tendrán.»
Como David y Jonatán se habÃan hecho un juramento delante del Señor, el rey perdonó a Mefiboset, el que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl,
pero entregó a los gabaonitas a los cinco hijos que Merab hija de Saúl habÃa tenido con Adriel hijo de Barzilay, el mejolatita, y además a Armoni y al otro Mefiboset, que eran los dos hijos que Saúl habÃa tenido con Rispá, la hija de Ayá.
En cuanto los gabaonitas recibieron a esos siete varones, los llevaron al monte y delante del Señor los ahorcaron. Esto sucedió durante los primeros dÃas de la cosecha de cebada.
Un descendiente de los gigantes, llamado Isbibenob, que portaba una lanza de bronce de más de treinta kilos y llevaba una espada nueva al cinto, trató de matar a David;
pero Abisay hijo de Seruyá lo vio y fue en su ayuda, e hirió de muerte al filisteo. Entonces los hombres de David le dijeron: «De ahora en adelante, no volverás a salir con nosotros a la guerra; no vaya a ser que se apague la luz que alumbra a Israel.»