Dijo además:«Ha llegado a mis oÃdos que hay vÃveres en Egipto. Vayan allá, y compren alimentos para nosotros, para que no muramos sino que sigamos con vida.»
Ellos respondieron:«Nosotros, tus siervos, somos doce hermanos, hijos de un buen hombre de la tierra de Canaán. Nuestro hermano menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no vive.»
Y con esto van a ser puestos a prueba. Les juro por la vida del faraón, que no van a salir de aquà hasta que su hermano menor venga acá.
EnvÃen a uno de ustedes, a que traiga a su hermano; pero ustedes se quedarán presos. Vamos a ver si ustedes dicen la verdad; y si no, ¡por la vida del faraón, que ustedes son espÃas!»
Al tercer dÃa, les dijo:«Yo temo a Dios. Hagan esto y vivirán:
Si son gente honrada, dejen preso a uno de sus hermanos en la cárcel donde ahora están, y ustedes vayan y lleven alimento a su casa para mitigar el hambre.
Pero tráiganme a su hermano menor para probar sus palabras, y no morirán.»Y ellos lo hicieron asÃ,
pero se decÃan el uno al otro:«Realmente hemos pecado contra nuestro hermano, pues lo vimos angustiarse y rogarnos, y no le hicimos caso. Por eso nos ha sobrevenido esta angustia.»
Cuando llegaron a la tierra de Canaán, le contaron a Jacob, su padre, todo lo que les habÃa sucedido. Le dijeron:
«Ese hombre, el señor del paÃs, nos habló en tono muy áspero y nos trató como a espÃas del paÃs.
Nosotros le dijimos: “Somos gente honrada, nunca hemos sido espÃas.
Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno ya no vive, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.â€
Entonces ese hombre, el señor del paÃs, nos dijo: “Con esto voy a saber si ustedes son gente honrada: Dejen conmigo a uno de sus hermanos, tomen alimento para el hambre de sus casas, y vayan
Al momento de vaciar sus sacos, resultó que en el saco de cada uno de ellos estaba la bolsa con su dinero. Cuando ellos y su padre vieron las bolsas con su dinero, sintieron mucho miedo.