Sus hermanos le respondieron:«¿Acaso vas a ser tú nuestro rey, o nos vas a gobernar?»Y por causa de sus sueños y sus palabras lo odiaron aún más.
y por la fuerza lo arrojaron en el pozo. Pero el pozo estaba seco; no tenÃa agua.
Luego se sentaron a comer su pan. Pero al levantar la vista, vieron que de Galaad venÃa una caravana de ismaelitas, con sus camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.