En la tarde, cuando Jacob volvió del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:«Únete conmigo. Francamente, te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.»Y Jacob durmió con ella aquella noche.
Entonces dijo Lea: «¡Que bello regalo me ha hecho Dios! Ahora mi marido vivirá conmigo, pues ya le he dado seis hijos.» Y le puso por nombre Zabulón.
Asà el dÃa de mañana, cuando vengas a reconocer mi paga, mi honradez responderá por mÃ. Toda cabra que no sea pintada ni manchada, y toda oveja entre mis ovejas que no sea de color oscuro, se me achacará como robada.»
Labán dijo entonces:«Pues bien, que sea como tú dices.»
Ese mismo dÃa, Labán apartó los machos cabrÃos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda la que tenÃa en sà algo de blanco, y todas las ovejas de color oscuro, y las puso a cargo de sus hijos.
Asà las ovejas concebÃan delante de las varas, y parÃan borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.
Entonces Jacob apartaba los corderos, y todos los oscuros y listados del hato de Labán los ponÃa entre su propio rebaño; luego ponÃa aparte su hato, y no lo juntaba con las ovejas de Labán.
Y cada vez que las ovejas más fuertes estaban en celo, Jacob ponÃa las varas en los abrevaderos, delante de las ovejas, para que concibieran a la vista de las varas;