El niño creció, y fue destetado. El dÃa que Isaac fue destetado, Abrahán ofreció un gran banquete.
Pero Sara vio que el hijo que Agar, la egipcia, le habÃa dado a luz a Abrahán se burlaba de su hijo,
asà que le dijo a Abrahán:«Despide a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de una sierva no va a compartir la herencia con mi hijo Isaac.»
Estas palabras le parecieron muy preocupantes a Abrahán, por causa de su hijo.
Pero Dios le dijo a Abrahán:«No te preocupes demasiado por causa del niño ni de tu sierva. Hazle caso a Sara en todo lo que te diga, pues por medio de Isaac te vendrá descendencia;
Asà que júrame aquà mismo, por Dios, que no me tratarás mal a mÃ, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que me tratarás con la misma bondad con que te he tratado, y que harás lo mismo con la tierra en la que habitas.»
Y Abrahán respondió: «Lo juro.»
Pero Abrahán reconvino a Abimelec por un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habÃan quitado.